El alcalde afirma que aún no hay tomada una decisión sobre una privatización de las guarderías
latribunadetoledo.es - martes, 15 de mayo de 2012
Trigo da por cerrada la negociación, pero asegura que contrastará
sus números con los que defienden que sigan como centros públicos
El alcalde de Olías del Rey, José Manuel Trigo, aseguraba ayer que
todavía no tiene tomada una decisión sobre la posible privatización de
las guarderías del municipio para reducir la deuda municipal. El regidor
aseguraba que antes de decidir, contrastará sus números con los que le
han planteado los padres partidarios de que las guarderías sigan
dependiendo del Ayuntamiento.
Hay que recordar que estos padres, que han recogido 1.600 firmas, defienden que las escuelas infantiles pueden seguir dentro de la estructura municipal con leves subidas de las tasas, ahora de 20 euros por niño al mes, y si es caso con una pequeña rebaja de los sueldos de los cuidadores.
Por su parte, el Ayuntamiento ha ofrecido a los trabajadores varias opciones, como una rebaja de los salarios de entre el cinco y el 30 por ciento o la constitución de una cooperativa subvencionada por la Administración local, aunque los profesionales de los centros no se han mostrado favorables a ninguna de ellas. La opción de subir las tasas es rechazada por el equipo de Gobierno del PP, que considera que mermaría las rentas de las familias.
Así las cosas, Trigo afirma que en el caso de los empleados de la guardería «hemos dado por cerrada la negociación». Sin embargo, señala que van a contrastar los cálculos sobre el coste del mantenimiento de las guarderías hechos por los defensores de que sigan como centros públicos con los suyos propios para ver si es posible «rascar algo más de dinero».
Tras cotejar todas las estimaciones, «con los datos ya definitivos, sí que tomaremos la decisión que tengamos que tomar», remarcó el edil.
En todo caso, Trigo aclaraba que en el Pleno previsto para ayer por la tarde en el Ayuntamiento, ante el que se había convocado una concentración de padres y personas contrarias a la privatización de las guarderías, sólo iba a centrarse en la ratificación del Plan de Ajuste de Olías tras recibir el visto bueno del Ministerio de Hacienda. El alcalde concretaba que, a partir de la aprobación del Plan se irán tomando decisiones como la del futuro de estos centros.
El grito de ‘la educación no se vende’ une a padres y empleados.
Decenas de trabajadores, padres y madres y pequeños usuarios de las guarderías olieras se concentraron frente al Ayuntamiento para mostrar su rechazo a una privatización de los centros.
Gritos como ‘la educación no se vende’ o ‘menos policías y más guarderías’ -este último, por una presencia policial que juzgaban excesiva- acompañaron la protesta desde su inicio sobre las 7,30 de la tarde de ayer. La portavoz de los padres, Isabel Arribas, afirmaba que estaban «muy contentos» con el seguimiento de la protesta, que había reunido a una mayoría de progenitores junto a los empleados de las escuelas infantiles.
La concentración fue seguida de la entrada de las madres, formando una peculiar ‘procesión del carrito’ con sus niños, al Salón de Plenos de Olías, donde desplegaron una pancarta que decía «No al cierre. No a la privatización». Al cierre de esta edición, continuaba la sesión en el Consistorio sagreño, aunque algunos padres abandonaron la sala con sus pequeños, que no podían resistir lo que se preveía como una larga noche.
Hay que recordar que estos padres, que han recogido 1.600 firmas, defienden que las escuelas infantiles pueden seguir dentro de la estructura municipal con leves subidas de las tasas, ahora de 20 euros por niño al mes, y si es caso con una pequeña rebaja de los sueldos de los cuidadores.
Por su parte, el Ayuntamiento ha ofrecido a los trabajadores varias opciones, como una rebaja de los salarios de entre el cinco y el 30 por ciento o la constitución de una cooperativa subvencionada por la Administración local, aunque los profesionales de los centros no se han mostrado favorables a ninguna de ellas. La opción de subir las tasas es rechazada por el equipo de Gobierno del PP, que considera que mermaría las rentas de las familias.
Así las cosas, Trigo afirma que en el caso de los empleados de la guardería «hemos dado por cerrada la negociación». Sin embargo, señala que van a contrastar los cálculos sobre el coste del mantenimiento de las guarderías hechos por los defensores de que sigan como centros públicos con los suyos propios para ver si es posible «rascar algo más de dinero».
Tras cotejar todas las estimaciones, «con los datos ya definitivos, sí que tomaremos la decisión que tengamos que tomar», remarcó el edil.
En todo caso, Trigo aclaraba que en el Pleno previsto para ayer por la tarde en el Ayuntamiento, ante el que se había convocado una concentración de padres y personas contrarias a la privatización de las guarderías, sólo iba a centrarse en la ratificación del Plan de Ajuste de Olías tras recibir el visto bueno del Ministerio de Hacienda. El alcalde concretaba que, a partir de la aprobación del Plan se irán tomando decisiones como la del futuro de estos centros.
El grito de ‘la educación no se vende’ une a padres y empleados.
Decenas de trabajadores, padres y madres y pequeños usuarios de las guarderías olieras se concentraron frente al Ayuntamiento para mostrar su rechazo a una privatización de los centros.
Gritos como ‘la educación no se vende’ o ‘menos policías y más guarderías’ -este último, por una presencia policial que juzgaban excesiva- acompañaron la protesta desde su inicio sobre las 7,30 de la tarde de ayer. La portavoz de los padres, Isabel Arribas, afirmaba que estaban «muy contentos» con el seguimiento de la protesta, que había reunido a una mayoría de progenitores junto a los empleados de las escuelas infantiles.
La concentración fue seguida de la entrada de las madres, formando una peculiar ‘procesión del carrito’ con sus niños, al Salón de Plenos de Olías, donde desplegaron una pancarta que decía «No al cierre. No a la privatización». Al cierre de esta edición, continuaba la sesión en el Consistorio sagreño, aunque algunos padres abandonaron la sala con sus pequeños, que no podían resistir lo que se preveía como una larga noche.
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